"Dios nos ha dado grandes capacidades para hacer el mundo mejor", Emilio Justo.

La diócesis de Zamora va a reflexionar la próxima semana sobre la inteligencia artificial, una nueva propuesta del Centro Teológico San Ildefonso. Con el desarrollo tecnológico en los últimos años, la tecnología se ha convertido en el humus que marca la vida humana. Ése será el objeto del debate: cómo afecta al ser humano la llegada y desarrollo de la inteligencia artificial.

El ciclo de conferencias se desarrollará los días 26 y 27 de abril en el Seminario San Atilano, con entrada libre hasta completar el aforo.

Emilio Justo, director del Centro Teológico de la diócesis de Zamora

 

• - ¿Por qué el Centro Teológico organiza unas jornadas sobre inteligencia artificial?

En el Centro Teológico intentamos fomentar la reflexión desde la fe y la reflexión sobre la fe y nos ha parecido que la inteligencia artificial y todo el ámbito de la tecnología es algo muy relevante hoy en la sociedad y para la vida humana. Por eso queríamos pensar cómo entenderlo, cómo situarnos ahí desde la fe y cómo vivir la vida humana, la vivencia de la fe en este contexto.

 

• - ¿Qué uso realiza en su vida cotidiana de la inteligencia artificial?

Bueno, realmente todos participamos de los medios tecnológicos. De hecho, hoy las relaciones sociales, los trabajos, las gestiones institucionales… Todo pasa, en gran medida, por cosas tecnológicas. En ese sentido, de alguna manera, yo la tengo, como los demás, integrada en mayor o menor medida. En cuanto a las relaciones sociales, en esto sí que hay mucha variedad. Yo estoy más lejano de ámbitos tecnológicos, redes sociales y demás.

 

• - ¿Quiénes serán los ponentes y qué temas concretos abordarán?

Hemos querido que vengan personas con una capacitación técnica y de nivel intelectual. En primer lugar, una catedrática de informática para explicarnos en concreto qué es la inteligencia artificial y qué desafíos nos plantea para la vida humana, para el ámbito social, el trabajo, las relaciones sociales, etcétera. También, estará un profesor de filosofía, experto también en cuestiones de tecnología, hablará del ser humano y cómo entendernos como humanos en este ámbito tecnológico. También vendrás dos teólogos: uno para hablar del sentido de la fe y qué es la fe, pensándolo desde una sociedad digital, y, otra teóloga para hablarnos de la espiritualidad y cómo cuidar la espiritualidad en este ambiente virtual.

 

• - El hombre cada vez tiene más poder sobre el hombre, la tecnología parece que sobrepasa lo humano…¿qué lugar ocupa Dios en este ambiente?

Yo creo que lo técnico es un signo de humanidad. Creo que esto ayuda a entender que Dios nos ha dado grandes capacidades y que cuenta con nosotros para hacer el mundo mejor, para hacer la vida mejor, para hacer nuestra vida. El poder de la tecnología nos abre espacios grandes de libertad y posibilidades de hacer nuestra vida mejor. También nos pone en la tentación de pensar que lo podemos todo, de pensar que podemos ser como Dios y, entonces, nos ponen un camino que quizá no es constructivo. Por eso, creo que la tecnología nos abre grandes posibilidades.

 

• - Y la Iglesia, ¿asume esta presencia “artificial” con miedo o supone un reto?

Creo que la Iglesia en la historia, normalmente, ha sido prudente y creo que es una virtud. En este sentido, la prudencia cuando se extrema puede llevar al miedo, a rechazar lo novedoso. Por eso es por lo que, a la vez, vemos en la historia que la Iglesia ha potenciado la ciencia y ha sido una de las grandes artífices de promoción de la ciencia y de su desarrollo. Sin embargo, también ha habido ámbitos, personas, miedos que han llevado a frenar algunos aspectos. Quizá en cada momento la Iglesia debe discernir sobre cuestiones concretas. Creo que a veces, en algunos momentos, sí ha faltado falta valor para el coraje de abordar lo nuevo y de incorporar lo bueno que tiene lo nuevo. Desde un punto de vista teológico, creo que sí hay un tema muy importante, que es que se ha considerado negativo lo artificial y lo técnico, y eso no es verdad. Lo artificial y lo técnico, en sí mismo, es humano.