La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
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La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
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La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional22/11/2025
La Asamblea Diocesana avanza con una jornada dedicada al discernimiento vocacional
El Seminario San Atilano ha acogido esta mañana la segunda sesión de la Asamblea Diocesana de Zamora, dedicada a reflexionar sobre la vocación como camino esencial de toda vida cristiana. La jornada ha contado con la intervención de Stefano Guarinelli, sacerdote de la archidiócesis de Milán y profesor universitario, especializado en acompañamiento pastoral y psicología del clero.
En su ponencia, Guarinelli expuso que la vocación no puede entenderse como una experiencia aislada ni exclusiva de determinados estados de vida, sino como una llamada universal que se realiza y crece siempre en el seno de la comunidad eclesial. Subrayó que la Iglesia acompaña todo itinerario vocacional y participa tanto en la acogida de la llamada como en la perseverancia de quienes la responden. Por ello, señaló que las rupturas vocacionales no afectan únicamente a las personas implicadas, sino al conjunto del Pueblo de Dios.
La reflexión se amplió hacia una profunda catequesis sobre la relación entre liturgia, sacramentos y vida cristiana. Guarinelli recordó que, desde la encarnación del Hijo de Dios, lo sagrado no puede vincularse a la distancia o la separación, sino a la cercanía de un Dios que se entrega. En este sentido, destacó que los gestos litúrgicos —como la recepción de la Eucaristía— han de expresar esa proximidad del Señor con su pueblo, evitando interpretaciones que disocien lo sagrado de la realidad humana.
Abordó también el significado auténtico de la bendición como una palabra que comunica bien y que edifica, alertando del riesgo de identificarla con un gesto de carácter mágico o extraordinario. Del mismo modo, explicó que el rito cristiano no puede convertirse en un sustituto de la vida, sino que nace de ella y celebra la fe que se vive cada día, manteniendo siempre un equilibrio entre lo visible y lo misterio de Dios que se revela en lo concreto.
A partir del Evangelio de san Juan, insistió en que la originalidad del cristianismo reside precisamente en unir cielo y tierra, historia y gracia, evitando extremos que rompan esta unidad. Desde esta perspectiva, situó también la vocación sacerdotal y la elección del celibato como signo de referencia a lo definitivo, siempre que sea capaz de mostrar esa “ulterioridad” que remite al Dios que llama.
Tras las ponencias, el obispo, Fernando Valera, ha presidido la celebración de la Eucaristía. La jornada ha concluido con un almuerzo de fraternidad que ha favorecido el encuentro y el diálogo entre los participantes.
Con ello, la Asamblea Diocesana prosigue su camino de reflexión comunitaria, impulsando una renovada cultura vocacional y una vivencia litúrgica más profundamente unida a la vida y a la misión de la Iglesia.













