











26/07/2025
Profesión Solemne del benaventano Fr. Pablo María Colmenar Vázquez, OCSO
Ayer 25 de julio, coincidiendo con la solemnidad de Santiago Apóstol, la comunidad del Monasterio Cisterciense de San Isidro de Dueñas vivió con inmenso gozo la profesión solemne de Fray Pablo María Colmenar Vázquez, OCSO, un acontecimiento de gran hondura espiritual y de especial significado para la Iglesia, y muy particularmente para nuestra Diócesis de Zamora.
Un hijo de nuestra tierra
Fr. Pablo María es natural de Benavente, y por tanto hijo de nuestra diócesis. Su vocación, germinada en nuestra tierra y madurada en la vida monástica, ha encontrado su plenitud en esta consagración definitiva. Su entrega total a Dios es motivo de gratitud y alegría para toda la comunidad diocesana, que ve cómo un joven de nuestra tierra se convierte en signo vivo del amor de Dios, a través del camino de la vida contemplativa cisterciense.
Un sí definitivo a Dios
Durante la celebración litúrgica, Fr. Pablo María emitió sus votos solemnes de estabilidad, conversión de costumbres y obediencia, comprometiéndose para siempre a vivir según la Regla de San Benito, dentro de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (OCSO), conocida por su vida de silencio, oración y trabajo.
La profesión solemne es uno de los momentos más significativos en la vida de un monje. Supone una consagración total y perpetua, un sí definitivo al seguimiento de Cristo en una comunidad concreta. A través de este acto, el monje se ofrece por entero a Dios, en una vida oculta pero fecunda, que sostiene silenciosamente a la Iglesia con la oración constante y el sacrificio cotidiano.
Una celebración para toda la Iglesia
Aunque se desarrolla en el ámbito del monasterio, esta profesión no es un acto privado: es una celebración eclesial, en la que la Iglesia acoge, bendice y se alegra del don de la vocación monástica. En nombre de la Iglesia, el abad de la comunidad recibió los votos del hermano, en una celebración litúrgica cargada de simbolismo y profundidad.
Acción de gracias
Damos gracias a Dios por la vocación de Fr. Pablo María, y pedimos que su vida consagrada sea fecunda para la Iglesia y para el mundo. Que su testimonio silencioso pero elocuente sea un faro de esperanza para todos aquellos que buscan el rostro de Dios.