Enseñanza

07/07/2023

Compartir

DEFENDIENDO LA PÓCIÓN MÁGICA DE LA FUERZA ETERNA

La diócesis de Zamora ha asumido desde hace décadas que el tiempo libre es un espacio educativo y evangelizador de primer orden, así lo demuestran las decenas de actividades programadas a lo largo del curso y particularmente en el tiempo estival. Con la llegada del verano son muchas las parroquias, delegaciones, movimientos y grupos que se ponen manos a la obra y diseñan campamentos, peregrinaciones, viajes u otro tipo de iniciativas que ponen en valor el encuentro, la convivencia, la fraternidad y un sinfín de valores que emanan del Evangelio.

El Campamento Diocesano que se realiza en el Lago de Sanabria es una de esas iniciativas. Con 17 ediciones tiene ya una dilatada historia en el tiempo. Nació en el entorno de la parroquia del Carmen de Renueva, de Benavente, donde Don Tomás Calero, un sacerdote con un extraordinario carisma educativo,  puso hace 34 años en marcha un campamento parroquial que progresivamente fue consolidando un equipo de monitores que hoy constituye los cimientos del Campamento Diocesano. Los chavales que, entonces con 9 o 10 años, empezaron como acampados con Don Tomás, hoy son los monitores que sostienen este proyecto de ámbito más diocesano. Hombres y mujeres con profesiones diversas, padres y madres de familia que han integrado a sus hijos en el proyecto y que dedican sus vacaciones a servir a los demás, estudiantes que aprovechan su verano para hacer un voluntariado. Cada uno de ellos representa el mejor ejemplo de lo que la Iglesia ha ido forjando en estas últimas décadas: creyentes maduros que, con mayor o menor implicación eclesial, ofrecen su tiempo, su experiencia, sus conocimientos de manera generosa y con el único objetivo de dar gratis lo que ellos recibieron gratis, una opción que rompe con las inercias de una sociedad que apuesta por lo individual y que no demasiadas veces asiste a este tipo de expresiones altruistas.

Juan Carlos López es su coordinador y manifiesta, sin ningún tipo de duda, que “lo mejor de esta actividad es el equipo humano que la pilota: personas íntegras, contrastadas, con formación en el ámbito del tiempo libre, responsables y generosas, capaces de anteponer las necesidades de los acampados a las suyas propias. En el campamento tenemos una máxima que es ´no estar de más´, un principio que resume nuestro libro de estilo y que Don Tomás marcó a fuego en el corazón de cada uno de los chavales que él mismo promovió para que un día fueran monitores. Somos aproximadamente cuarenta adultos los que constituimos esta gran familia: profesionales de diferentes sectores y estudiantes universitarios unidos por la vocación educativa inspirada en los valores cristianos que, partiendo del juego como recurso, queremos modelar por dentro a los acampados para ayudarles a ser más libres, más agradecidos, mejores personas y a descubrir que en medio de todo eso Dios se hace presente para completar y darle sentido a la vida”.

En esta edición han sido 170 los niños y adolescentes que han participado en el campamento, sumergiéndose en una historia inspirada en el famoso cómic de Asterix y Obélix. Óscar García, uno de los monitores encargado de la parte creativa, apunta que “aunque el trabajo, durante las semanas previas, es intenso ver cómo disfrutan los chavales sumergiéndose en nuestras historias es una experiencia riquísima para nosotros y justifica todos los esfuerzos”. Óscar, más conocido como Vampy, no podría entender su vida sin el campamento porque incluso aquí conoció a  Sole, la que hoy es su mujer. Champy es otro de los monitores más emblemáticos del campamento, sus actuaciones embelesan a los niños y les sumergen en las mil y una historias que van vertebrando la actividad. Empezó como acampado a los 10 años y hoy con 25, militar profesional, pide sus vacaciones para compartir su tiempo con estos chavales venidos mayoritariamente de Zamora, pero también de diferentes partes de España. Champy reconoce que, en buena medida, se siente “hijo del campamento diocesano”.  Lo mismo ocurre con otros monitores como Mamen, Iturbe, Uri, Jose, Ana, Champy, Rosa, Teo, Paloma, Chechu, Tania, Emilio, Raúl, Pablo, Miriam… son ese tipo de personas que calladamente hacen que estas iniciativas puedan funcionar y colaboren en la construcción de una sociedad mejor que le permita a los chicos pensar que se puede ser y vivir de otra manera. Junto a los monitores más experimentados, están otros que llegan y son el futuro: Carlos, Cristina, Gadea, Javier, Miriam, Manu, Manuel, Nuria, Patri, las Paulas, Raquel, Teresa, Irene… Y cómo no, el equipo de cocina formado por Yoli, Zara, Míkel y Sara, gente de bien, que se entrega durante jornadas de doce horas para que los chavales coman como en casa, o mejor porque tienen más hambre. Y Carmen, como médico, junto a Millán, como sacerdote, son otros dos perfiles decisivos.

Beltrán es uno de los muchos acampados que no falta a su cita estival y añade que “yo, cuando sea mayor, lo que quiero es ser monitor porque me gusta ayudar a los niños”. Hay quienes, después de participar en muchas ediciones, se resisten a quedarse fuera de la actividad porque superan la edad establecida y negocian con el coordinador una prórroga para mantenerse vinculados de la manera que sea. López Hernández reconoce que no es fácil decirle adiós a los chavales que por cumplir 15 años ya no pueden participar en el campamento e indica que “es nuestro gran reto: mantener cerca a estos chicos que podrían ser los monitores del futuro. Nos gustaría que existiera alguna manera de establecer conexión con ellos para que no se rompiera el vínculo, pero no resulta fácil, aunque de momento la continuidad está asegurada”.

Entre los más pequeños se encuentra Lorea, la benjamín del campamento. Cuando le preguntamos que cómo se lo está pasando dice sin paliativos “muy bien, además tengo muchas amigas en mi tienda”. Porque esto va de amigos. Es verdad que otros niños, menos de los que pudiera parecer, echan en falta a sus padres, pero se va capeando el temporal y conforme avanza la actividad su adaptación termina de hacerse efectiva.

A lo largo de estos diez días también ha habido oportunidad de acercar a los acampados a otros ámbitos como el de la Guardia Civil, que prestó varios equipos para presentar a los acampados sus servicios, en concreto el GEAS, el GREIM y el PEGASO. También las rutas por la naturaleza y el baño en el lago han sido actividades recurrentes durante estos días.

En definitiva el campamento diocesano es una de tantas apuestas que la Iglesia zamorana despliega en ese afán de ir y anunciar el Evangelio por todos los rincones del planeta, una manera de construir el Reino y de mostrar que apostando por la educación siempre hay futuro.

Otras noticias relacionadas

Necesitamos misiomneros. Domund 2024
Necesitamos misiomneros. Domund 2024
La Delegación de #VidaSamaritana presentó el programa del #DOMUND2024 que organiza el área de Misiones de la diócesis de #Zamora. “Necesitamos misioneros fuera de nuestras fronteras y también en cada uno de los lugares donde vivimos” fueron las palabras del vicario Cesar Salvador con las que se dio inicio a la presentación de esta campaña del Domund. “1126 lugares de misión por todo el mundo esperan la ayuda de los cristianos y de toda la sociedad”, aseveró la responsable del área, Elvira Olmos. En la presentación se ha indicado que España es el segundo país del mundo que más dona en esta campaña, solo por detrás de EEUU. En Zamora concretamente se recaudaron 27491,96€.  Participó en la presentación Miriam Ramos, doctora en filosofía y promotora de la misiones desde su condición de docente en la Facultad de Educación Fray Luis de León. Ha participado en programas de apoyo misionero con alumnos de la Escuela en Perú y México. María Herrero es una de esas jóvenes, estudiante de 4º de Magisterio, que cruzó el charco para compartir su tiempo, sus conocimientos y su fe con los más pobres del planeta, niños necesitados de todo, también de afecto, y animó a  los jóvenes a implicarse en proyectos misioneros como el que vivió ella este verano.  Es de reseñar que la diócesis tiene actualmente unos 65 misioneros zamoranos repartidos por todo el mundo. “Invitamos a todos a participar en este proyecto” subrayó Elvira y anunció que mañana, viernes, se celebrará una eucaristía en San Torcuato a las 20:00 horas, presidida por el Vicario. El 19 de octubre, por su parte, los niños a las 11:30 horas serán enviados desde Santiago del Burgo con sus huchas a pedir la colaboraciónd e todos los zzamoranos.
10/10/2024más info
El 25% de las familias eligen escuelas católicas para sus hijos en edad escolar
El 25% de las familias eligen escuelas católicas para sus hijos en edad escolar
El curso escolar 2024-2025 ha comenzado en la provincia de Zamora con más de 4.700 estudiantes que han elegido formarse en los 11 centros educativos pertenecientes a la red de Escuelas Católicas. Este número representa el 25% de la escolarización total en la provincia, destacando el respaldo de las familias al modelo educativo católico. Durante una rueda de prensa celebrada en el Colegio Sagrado Corazón de Zamora, Leandro Roldán Maza, secretario autonómico adjunto, señaló la importancia de continuar trabajando para garantizar una financiación adecuada, que permita el acceso a la educación católica a todas las familias. Además, subrayó la necesidad de avanzar hacia la gratuidad educativa, especialmente en las etapas de Infantil y Bachillerato. Uno de los grandes retos que enfrentan las Escuelas Católicas es la baja natalidad en Castilla y León. Sin embargo, gracias a la gratuidad del primer ciclo de Infantil (0-3 años), se ha conseguido mantener la estabilidad en el número de alumnos matriculados. Para este curso, alrededor de 3.200 alumnos de esta etapa se han incorporado a los centros católicos de la comunidad. La delegada provincial de Escuelas Católicas en Zamora, Nieves Andrés, destacó la importancia de este respaldo de las familias, mencionando que los centros ofrecen un modelo de enseñanza "de calidad, innovador y con valores". Además, defendió el valor añadido que los colegios católicos aportan al sistema educativo, especialmente por su enfoque inclusivo y su larga tradición de estabilidad y compromiso con la mejora educativa. En la provincia de Zamora, estos centros continúan trabajando en la implementación de mejoras educativas, como la ampliación de la Formación Profesional concertada, que ya cuenta con dos centros en la provincia y 180 alumnos inscritos. Esto permitirá a los jóvenes de la región acceder a una formación de calidad vinculada a las demandas del mercado laboral. El curso 2024-2025 se presenta como un reto, pero también como una oportunidad para consolidar la oferta educativa católica en Zamora y en toda Castilla y León, y para continuar garantizando que las familias puedan ejercer libremente su derecho a elegir el centro educativo que mejor se ajuste a sus valores y necesidades.
09/10/2024más info
"Debo complicarme la existencia para implicarme por los demás", Miriam Ramos, misionera
Miriam Ramos tiene 40 años y es doctora en Filosofía. Su actividad profesional siempre ha estado ligada a la enseñanza universitaria y ha participado en distintas experiencias misioneras desde el año 2019. Es miembro del Instituto Secular de las Cruzadas de Santa María.   ¿Cuál ha sido su experiencia de misión?En el ámbito de la misión internacional, he participado dos veces en dos grupos de apoyo misionero. En verano de 2019 (durante tres semanas), en Perú, en concreto, en Surco, una zona del extrarradio de Lima. Y en verano de 2023, en Lomas de Tabachines, en la periferia de Guadalajara, México (también durante tres semanas). En la EUM Fray Luis de León me encargo de animar y preparar a los jóvenes de la Escuela que desean participar en grupos de apoyo misionero fuera de España. Participo habitualmente en los Encuentros Misioneros bianuales organizados por ONG Berit en Madrid (que contribuyen a la formación misionera de los estudiantes universitarios) y coordino dos proyectos de voluntariado local de la Escuela (el proyecto ASOMBRARTE, de voluntariado en la Unidad de Pediatría del Hospital Río Hortega de Valladolid; y el proyecto “Misión rural en Alaejos”), así como los seminarios mensuales de formación de voluntariado ofrecidos a los estudiantes de la Escuela que participan en todos losproyectos de este tipo. ¿Qué trabajo realizó en ese tiempo?En 2019 fuimos tres estudiantes de Magisterio y yo a Perú. Se estuvieron preparando durante todo el año académico 2018-2019. Nos unimos a un grupo de jóvenes de la Escuela de Magisterio CEU San Pablo de Vigo y de la Universidad Católica de Valencia. Este grupo de unos diecisiete estudiantes y profesores españoles fuimos a apoyar la misión que la ONG Berit desempeña desde hace más de veinte años en los cerros del extrarradio de Lima y sus alrededores. Para ello, nos unimos a un grupo de veinte estudiantes y profesores universitarios peruanos, procedentes de varias universidades limeñas y nos organizamos en varias comunidades para colaborar, en este caso, con la parroquia Ntra. Sra. De Lourdes de Surco. Nuestra contribución fue de: 1) obra social (montaje de casas prefabricadas para varias familias, limpieza de casas, distribución de ropa, limpieza del patio de la plaza de la parroquia, pintado de las instalaciones de la parroquia); 2) obra educativa (animación y apoyo escolar en lengua y matemáticas a niños de Educación Infantil y de Educación Primaria, aunque también algunos de Secundaria); 3) obra sanitaria (gracias a que pudimos contar con jóvenes de carreras sanitarias y a la colaboración de un dentista y de un médico peruanos, pudimos llevar a cabo una campaña de salud orientada a la atención sanitaria bucal y de medicina de atención primaria, así como impartir charlas de prevención); 4) visita casa por casa (consiste en visitar a familias en sus casas para escucharles, convivir con ellos, y, eventualmente, detectar necesidades). Yo, como todos los participantes, pasé por todas las modalidades de la misión, con excepción de la sanitaria. En 2023, fui con una estudiante del centro donde trabajo y nos unimos con cinco jóvenes y la coordinadora de la Escuela de Voluntariado de la Universidad Católica de Valencia para unirnos con algunas profesoras, estudiantes y responsables del servicio de pastoral de distintas universidades mexicanas para apoyar la labor de la ONG Berit en Lomas de Tabachines, Guadalajara, México. Colaboramos con la parroquia de San Elías, y con la capilla de Ntra. Sra. De la Paz. En esta ocasión, dado que el número de componentes era menor, nuestra labor se acotó fundamentalmente a la labor sanitaria, a la educativa y al “visiteo” (la visita casa por casa). Si bien hicimos también labor social, se redujo a limpieza de instalaciones de los salones parroquiales y al lijado de ladrillos de un edificio de nueva construcción ¿Cómo ha cambiado la vivencia de su fe desde que vivió la experiencia misionera?Me ha enseñado que debo complicarme la existencia para implicarme por los demás, saliendo de mi comodidad, de mi esfera de egoísmo. El meterme en el mundo de la misión internacional no ha sido una inclinación natural en mí, sino fruto de la vocación misionera que tenían las primeras alumnas con las que fui. Yo daba largas al principio, creyendo que no iba conmigo, pero me di cuenta de que si he entregado mi vida por Cristo y por los jóvenes, eso se tiene que verificar en obras y debía ir yo con ellas. En cualquier caso, para mí es una maravilla poder acompañar a los jóvenes en el proceso de su formación y toma de conciencia como misioneros y en los desafíos de la misión. ¿Por qué la comunidad cristiana debe de ayudar y colaborar con los misioneros?Porque la Iglesia es esencialmente misionera. De hecho, no puede haber cristiano que no sea misionero, sea en propia casa o en el trabajo. Y, en especial, dentro de los centros educativos, es importante sensibilizar en este punto a los jóvenes, especialmente en el actual contexto cultural individualista, narcisista y postmoderno. ¿Repetirá? Si Dios quiere, sí.
09/10/2024más info
Se abre el plazo de inscripción para las III Jornada de Arte y Fe
Se abre el plazo de inscripción para las III Jornada de Arte y Fe
La Diócesis de Zamora y la Fundación Zamorarte organizan las III Jornadas Arte y Fe, que tendrán lugar los próximos días 18 y 19 de octubre en el Seminario San Atilano de Zamora. Este evento ofrecerá un espacio de reflexión sobre la conexión entre el arte sacro y la espiritualidad, con un programa completo que incluye conferencias, música y actividades culturales. Las jornadas comenzarán el viernes 18 de octubre a las 17:00 h con la ponencia inaugural a cargo del obispo de Zamora, Monseñor Fernando Valera, titulada "Vía Pulchritudinis", una reflexión sobre la belleza en el arte como camino hacia Dios. A continuación, el sacerdote José Alberto Sutil Lorenzo ofrecerá una charla titulada "Pinceladas sobre el arte sacro", que profundizará en la importancia del arte en el contexto litúrgico y devocional. El viernes finalizará con una conferencia que tiene un cariz especial en conmemoración de los 850 años de la Santa Iglesia Catedral de Zamora, a cargo del deán de la catedral, Juan Luis Martín Barrios, seguido de un concierto del grupo Schola Cantorum en la iglesia de San Cipriano, a partir de las 20.30 horas. El sábado 19 de octubre comenzará a las 10:00 h con la conferencia del Dr. Ignacio Yepes, titulada "La escucha de Dios", una conferencia musicalizada que combinará reflexión y música. Posteriormente, a las 12:30 h, la Dra. María Diéguez Meló profundizará en el tema "Iconografía y simbología del románico", un análisis detallado del simbolismo espiritual en el arte románico de la región. Las jornadas concluirán con la clausura oficial a las 13:30 h. Para participar, los interesados pueden formalizar su inscripción a través del código QR disponible en el cartel promocional o contactar directamente con la Fundación ZamorArte. La cuota de participación es de 10 euros.  
09/10/2024más info
Octubre, el mes misionero
Octubre, el mes misionero
El próximo 20 de octubre se celebrará el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones), una jornada especial organizada por la Iglesia Católica para promover la solidaridad y el apoyo a las misiones en todo el mundo. Este día, tiene como objetivo sensibilizar a los fieles sobre la importancia de colaborar con los misioneros, que llevan la fe y la ayuda humanitaria a comunidades en situaciones de necesidad. En Zamora, el área de Misiones ha programado una serie de actividades con motivo del DOMUND, destacando una eucaristía que tendrá lugar en la iglesia de San Torcuato el viernes, 11 de octubre, a las 20:00 horas y que presidirá el vicario de Misión Samaritana, César Salvador. Tras la eucaristía, se ofrecerán dos testimonios misioneros. El viernes será una jornada de reflexión y oración por la labor de los misioneros y por todas las personas que viven en situaciones vulnerables. El DOMUND es una invitación a abrir los corazones y a colaborar activamente con aquellos que dedican sus vidas al servicio de los demás, llevando esperanza y fe a los rincones más necesitados del planeta.  
08/10/2024más info
San Atilano, un obispo del siglo X... ¿sabes quién fue?
San Atilano, un obispo del siglo X... ¿sabes quién fue?
  Los primeros datos biográficos existentes acerca de San Atilano, primer obispo y patrono de la Diócesis de Zamora, se hallan contenidos en un breve relato laudatorio del obispo San Froilán incluido en la “Biblia mozárabe” de la catedral de León, redactado en un monasterio berciano por el diácono Juan en el año 920. La narración afirma que el santo lucense se dedicó a la predicación de la Palabra de Dios, llevando una vida solitaria y teniendo como compañero a San Atilano, con quien construyó una celda en el monte Curcurrino. En el valle de Veseo edificó un cenobio y estableció una comunidad. El rey Alfonso III lo mandó llamar, haciéndole donaciones y autorizándole para construir otros cenobios. Edificó el de Tábara, dúplice, donde congregó a seiscientas personas, y otro junto al río Esla, en el que reunió a doscientos monjes. Fue consagrado obispo, a la vez que San Atilano, el día de Pentecostés, para ocupar las sedes de León y Zamora respectivamente. Aunque no se pueda colegir del texto mencionado atendiendo a su tenor literal, es posible que San Atilano permaneciese vinculado a San Froilán desde su encuentro con él en las montañas leonesas hasta el momento de la consagración episcopal, y que, tal como afirma la tradición, abandonase con él la vida anacorética o eremítica para abrazar el monacato y con él participase en las fundaciones patrocinadas por el rey Alfonso III. No volvemos a tener noticias de San Atilano hasta fines del siglo XIII, en que el franciscano fray Juan Gil de Zamora narra la invención de las reliquias de San Ildefonso de Toledo en la iglesia de San Pedro de Zamora, en 1260, y afirma que el cuerpo de San Atilano reposaba en el citado templo. Ya en el siglo XVI, Lucio Marineo Sículo, humanista siciliano, cronista de Fernando el Católico y profesor en la Universidad de Salamanca, dedica un extenso relato a San Atilano, inspirado posiblemente en los leccionarios antiguos. Su obra refiere que el santo, con veinticinco años de edad, se dirigió al monasterio de Moreruela, donde el abad Froilán lo nombró prior, y que ambos fueron consagrados obispos el día de Pentecostés para ocupar las sedes de León y Zamora. Y añade un dato legendario siendo ya obispo de Zamora: el de su peregrinación de penitencia y ulterior hallazgo de su anillo pastoral en el vientre de un pez, elementos narrativos que sirvieron para fijar la representación iconográfica del santo. Una de las obras de fray Atanasio de Lobera, publicada en 1596, es clave para comprender la confusión en la que se ha visto envuelta la figura del santo secularmente. Este monje cisterciense, manteniendo la vinculación de ambos santos, y habiendo encontrando documentos de otro obispo de León llamado Froilán a finales del siglo X y principios del siglo XI, modifica la cronología del San Atilano, situándolo como coetáneo de este último prelado. Afirma que San Atilano nació en Tarazona –dato que ya había ofrecido con anterioridad Alonso de Villegas– en torno a 939, siendo hijo de padres nobles, que lo concibieron tras un período de esterilidad. Educado en la virtud y después de concluir sus estudios a los quince años, recibió el hábito benedictino en un monasterio cercano a su ciudad natal y posteriormente fue ordenado sacerdote. Estando San Froilán en el monte Cuturrino fue admitido en su compañía y ambos fundaron un monasterio en el valle de Oveso, del que San Froilán fue abad y San Atilano prior. Admite que pudo ser monje en Sahagún, donde existió un ejemplar del tratado de San Ildefonso de Toledo dedicado a la virginidad de María, copiado de su mano según la inscripción que contenía. Llamados por el rey, recibieron dinero y licencia para fundar otros monasterios: el de Val de Tábara o Moreruela de Tábara, y el de Moreruela, de los que fue prior. En 990, al vacar las sedes de León y Zamora, fueron elegidos para ocuparlas, siendo consagrados ambos el día de Pentecostés. El padre agustino Manuel Risco, en su obra España Sagrada, demuestra el error de Lobera invirtiendo sus argumentos, citando el texto del diácono Juan antes aludido. En la historiografía moderna destaca el estudio de Palomeque Torres, que demuestra taxativamente que en la sede zamorana sólo hubo un prelado con el nombre de Atilano en los primeros años del siglo X, coetáneo de San Froilán y del rey Alfonso III, con testimonios documentales entre 905 y 917, y afirma la carencia absoluta de otros que prueben la existencia de un obispo del mismo nombre a fines del siglo X, cuando la sucesión episcopal se había interrumpido. Y el de Carriedo Tejedo, que propone para San Atilano un largo pontificado de veintitrés años, entre 900 y 922, según la documentación existente, en la que aparece con los nombres de Adtila, Atila, Atilla, Attila y Attilanus, y en ocasiones seguido del título de la sede zamorana. San Atilano fue canonizado por el papa Urbano II en el año 1092, en la ciudad de Milán, siendo uno de los primeros santos en ser elevado a los altares por la Iglesia Romana, pues hasta entonces lo hacían los obispos en sus respectivas diócesis. El Martirologio Romano actual lo coloca en el día 5 de octubre, con el siguiente texto: “En Zamora, también en Hispania, san Atilano, obispo, que, siendo monje, fue compañero de san Froilán en la predicación de Cristo por las tierras devastadas por los musulmanes (916)”. Probado su culto, al menos desde el siglo XII, sus restos se conservan en la iglesia zamorana de San Pedro y San Ildefonso. Aunque no existe documentación que lo confirme, es muy probable que sus reliquias, junto con las del santo toledano, fuesen elevadas en 1496 a la capilla alta situada en el ábside de la mencionada iglesia, según consta en el rótulo del arco que divide las alturas: “AQUI SE ELEVARON LOS CUERPOS DE S. ILDEFONSO Y SAN ATILANO A 26 DE MAYO DE I496”. De sus restos falta el cráneo, que se conserva en la catedral de Toledo. En 1644 se concedió un hueso del brazo derecho al cabildo y ciudad de Tarazona, por mediación del rey Felipe IV. El fémur derecho, procedente del monasterio de Moreruela, al que se donó en 1662, lo posee actualmente la catedral de Zamora. También se conservan en la iglesia zamorana de San Pedro y San Ildefonso otras tres reliquias que la tradición identifica con objetos usados por San Atilano: su anillo pastoral, el nudo y un trozo de la voluta del báculo, y un peine litúrgico. Actualmente, su conmemoración litúrgica tiene la categoría de fiesta, y al tratarse del patrono principal de la Diócesis de Zamora, se celebra obligatoriamente en toda ella el día 5 de octubre. Hoy Más de mil años después de que San Atilano fuese el primer obispo de Zamora, la Iglesia diocesana sigue viva en nuestras tierras. Un monje, como era común en la época, es llamado a ponerse al frente de la nueva Diócesis independiente. San Atilano fue el primero, después se irían sucediendo los obispos en Zamora hasta el día de hoy, con nuestro actual obispo D. Fernando. Así pues, todos los cristianos de la Diócesis de Zamora tenemos la gran responsabilidad de mantener y extender la fe en Cristo, vivida en la comunidad de la Iglesia, entre nuestros contemporáneos. Y no podemos acobardarnos, acomplejarnos, agachar la cabeza o mirar para otro lado. Si tú y yo hemos recibido el tesoro de la fe desde nuestro bautismo, no es para guardarlo de manera egoísta para nosotros mismos. Tampoco podemos despreciarlo, poner nuestra condición de cristianos al margen de nuestra vida, guardarla en un cajón y sacarla de vez en cuando, mientras convenga. No es posible. San Atilano, según la leyenda, quiso dejar de ser obispo de Zamora porque se sentía desfallecido y por eso peregrinó a Tierra Santa, arrojando su anillo episcopal al río. Pero estaba consagrado a Dios y Él mismo le había encomendado la misión de pastorear a los fieles de Zamora. Por tanto sólo Dios podía levantar de sus hombros esta carga. No fue obispo de nuestra diócesis por horas, por un tiempo, según le convenía al propio San Atilano, no. Fue un encargo del Señor, para el que San Atilano fue asistido con la gracia del Espíritu Santo, con la fuerza de Dios, con los dones y carismas de los que fue investido por el mismo Dios para llevar a cabo su tarea. Si nuestro primer obispo hubiese confiado en sus propias fuerzas, en su capacidad, en sus cualidades, no hubiera sido capaz de asumir el servicio del ministerio episcopal ni un segundo. Sin duda, se fio de Dios, acogió la gracia del Señor que lo revestía y aceptó servir a los cristianos de Zamora como su primer obispo. Hoy, cada uno de nosotros recibimos una misión del mismo Jesucristo. Nosotros tampoco podemos exponerle al Señor nuestros méritos, nuestros títulos, nuestros valores para llevarla a cabo en nuestra vida. Si tenemos que realizar la voluntad de Dios en nuestra vida, entonces no es humana la tarea. Y por eso, el Señor nos capacita, nos ilumina, nos empuja, nos consuela, nos alienta. Por supuesto que todo lo bueno, noble, útil, valioso que tengamos en nuestra vida tenemos que ponerlo a disposición del Señor pero no poniendo nuestra confianza absoluta en el elemento humano, en lo que nosotros somos y en lo que nosotros podemos. Es el Señor, a través del Espíritu Santo, el que va actuando si sabemos ser disponibles a Él como San Atilano, a pesar de que muchas veces no comprendamos todo, no tengamos explicaciones, no obtengamos respuestas que nos convenzan. Confianza y disponibilidad fueron el lema de vida de San Atilano. Y hoy es feliz en la gloria de Dios. La misma gloria del cielo se nos promete a nosotros si sabemos vivir también desde los planteamientos de San Atilano. Información extraída del libro Con nuestros santos zamoranos (Zamora, 2013).  
05/10/2024más info
Los seminaristas mayores comienzan el curso académico
Los seminaristas mayores comienzan el curso académico
El jueves 3 de octubre por la tarde tuvo lugar la inauguración oficial del curso en el Teologado de Ávila en Salamanca, que contó con la presencia del obispo de Ávila, Mons. Jesús Rico García, y del obispo de Ciudad Rodrigo y Salamanca, Mons. José Luis Retana. A quienes acompañaron algunos rectores de los 8 seminarios presentes en la casa, profesores de la Facultad de Teología de la UPSA y otros amigos junto con los tres formadores y 21 seminaristas que este año constituyen la comunidad formativa. El rector del Seminario San Atilano de Zamora, Millán Núñez, también participó de esta jornada inaugural, al igual que uno de los tres seminaristas mayores con los que cuenta la diócesis de Zamora, Víctor Jambrina. Los actos comenzaron con la celebración de la eucaristía «del Espíritu Santo» presidida por Mons. Rico García. En su homilía, partiendo de llamada de Jesús a los Doce (cf. Mc 3,13-19), recordó la doble finalidad de la vocación apostólica: «estar con Él» y «enviarles a predicar». Glosando la exhortación apostólica de S. Juan Pablo II sobre la formación sacerdotal, Pastores dabo vobis, comentó cómo «vivir en el Seminario, escuela de Evangelio, es vivir en el seguimiento de Cristo como los apóstoles, dejarse educar por Él para el servicio del Padre y de los hombres, bajo la conducción del Espíritu Santo…, aprender a dar una respuesta total a la pregunta de Jesús a Pedro: ‘¿me amas?’», respuesta que no puede ser otra sino «el don total de su vida» (PDV 42). Parafraseando la alocución de S. Pablo VI en la inauguración de la II Sesión del Vaticano II se preguntó: «¿de dónde arranca nuestro viaje? ¿qué ruta pretende recorrer? ¿qué meta deberá fijarse nuestro itinerario?», respondiendo con las mismas palabras del Papa Montini: «¡Cristo! Cristo, nuestro principio; Cristo, nuestra vida y nuestro guía; Cristo, nuestra esperanza y nuestro término». Destacando la importancia de la vida comunitaria en el Seminario y del ambiente fraterno para lograr los objetivos de la formación presbiteral. «Los hermanos se reciben, no se eligen», insistió, y dentro de la familia los más débiles reciben un cuidado especial. Concluyó con la exhortación de S. Agustín en una de sus homilías sobre la 1 Carta de Juan: «Ama y haz lo que quieras: si callas, calla por amor; si gritas, grita por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor. Exista dentro de ti la raíz de la caridad; de dicha raíz no puede brotar sino el bien». Terminada la eucaristía tuvo lugar el acto académico en el que, tras la lectura de la memoria del curso 2023-2024 por el diácono Juan José Rodríguez, impartió la lección inaugural el profesor emérito de la Facultad de Teología de la UPSA, D. José Román Flecha Andrés, con el título «De las ‘escuelas’ de la esperanza a los ‘signos’ de la esperanza». En ella el sacerdote leonés presentó el contexto y las aportaciones fundamentales de los documentos pontificios más recientes sobre la esperanza cristiana: Spe salvi, de Benedicto XVI; y Spes non confundit del Papa Francisco. Si el primero habla de las «escuelas» de la esperanza (la oración, el sufrimiento y el juicio), el segundo nos invita a hacer de los «signos de los tiempos», «signos de esperanza». A continuación tomó la palabra el rector del Teologado, Gaspar Hernández, quien recordó el objetivo principal del curso centrado en la dimensión intelectual y en la virtud de la esperanza ante el próximo Jubileo. Inspirándose en el texto de Is 54,2 destacó cómo la formación presbiteral es un «ensanchamiento» de la personalidad, del pensamiento y del corazón del pastor dinamizado por la esperanza. El obispo de Ávila cerró el acto citando de nuevo un texto de PDV 56 donde reclama la necesidad de «contrarrestar decididamente la tendencia a reducir la seriedad y el esfuerzo en los estudios» que a veces se deja sentir en los ambientes eclesiales, invitando – con palabras del papa Benedicto – a «estudiar con tesón» aprovechando los años de formación pensando con amor e integrando la vida intelectual con la vida espiritual y la actividad pastoral. Los actos terminaron con una cena fraterna en el Teologado. El día anterior, 2 de octubre, la comunidad del Teologado quiso unirse en la celebración de la eucaristía a la acción de gracias al Señor por los 90 años de vida del presbítero y teólogo abulense D. Olegario González de Cardedal, vinculado a nuestro seminario a lo largo de todo su ministerio sacerdotal hasta hoy. El acto contó con la presencia del cardenal Blázquez y de D. José Manuel Sánchez Caro así como de algunos familiares de D. Olegario.
04/10/2024más info
Nombramientos pastorales realizados en el mes de septiembre
Nombramientos pastorales realizados en el mes de septiembre
En el mes de septiembre, el obispo diocesano, Fernando Valera, firmó los siguientes nombramientos pastorales. José Alberto Sutil Lorenzo, Capellán del Monasterio de Santa Clara en la ciudad de Zamora. Francisco Javier Fresno Campos, Párroco de la parroquia de El Espíritu Santo en la ciudad de Zamora (sigue con los cargos parroquiales y pastorales que tenía anteriormente). César Salvador Gallego, Director de la Casa Sacerdotal San José de Zamora. José Alberto Sutil Lorenzo, Subdirector de la Casa Sacerdotal San José de Zamora Consejo de Asuntos Económicos Antonio Jesús Martín de Lera, miembro nato del XI Consejo Diocesano de Asuntos Económicos Francisco Ortega Vicente Rodríguez, miembro de libre designación y secretario del XI Consejo Diocesano de Asuntos Económicos César Salvador Gallego, miembro de libre designación del XI Consejo Diocesano de Asuntos Económicos María Amparo Hidalgo Ferreras, miembro de libre designación del XI Consejo Diocesano de Asuntos Económicos Juan Carlos López Hernández, miembro de libre designación del XI Consejo Diocesano de Asuntos Económicos
02/10/2024más info
Subir
Lo sentimos, no hemos encontrado ningún resultado para su criterio de búsqueda.