Medio siglo al servicio de la comunidad
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Reportajes de Delegación de Medios de Comunicación Social

09/05/2019

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Medio siglo al servicio de la comunidad

La Iglesia celebra el próximo 10 de mayo, memoria litúrgica de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español, la Jornada Sacerdotal, como ya es costumbre. Es el día en el que el clero se reúne en torno al obispo para homenajear y agradecer la vida entregada de los presbíteros que cumplen sus aniversarios de ordenación.

En esta ocasión, dos sacerdotes diocesanos han querido compartir y recordar cómo han sido sus vidas al servicio de la iglesia zamorana.

Por una parte, José Antonio Prieto, a sus 84 años de edad, celebra este 2019 sus bodas de diamante, o lo que es lo mismo: 60 años como sacerdote. En segundo lugar, José María Casado, a los 78 años de edad, conmemora en este curso los 50 años de su ordenación sacerdotal, bodas de oro.

Uno y otro coinciden en destacar lo que han aprendido de la gente con la que se han encontrado a lo largo de este dilatado camino como presbíteros. José Antonio dice haber aprendido “muchísimo” de los fieles y las personas que le han rodeado, para él, es uno de los hitos más importantes en su vida sacerdotal. Mientras que José María subraya que las distintas comunidades parroquiales a las que ha servido le han aportado “mucho cariño y un gran acogida”, por eso afirma rotundo estar “muy agradecido”.

José Antonio Prieto, bodas de diamante: “Lo importante es ser uno mismo, no pretender nada más”

-          ¿Cuáles han sido los destinos o tareas pastorales que ha desempeñado a lo largo de sus 60 años como sacerdote?

Han sido múltiples los lugares por los que he pasado y las personas que he conocido. Empecé en Toro, en la parroquia de San Julián y también estuve como formador en el Seminario menor de allí. Después de esta primera etapa, me fui a Salamanca, también de formador, a un colegio mayor de sacerdotes. Tras nueve años fuera, regresé a la Diócesis y fui 13 años formador en el Colegio menor San Atilano, tarea que compatibilicé con la delegación de Vida Contemplativa. Como párroco he estado en Lourdes, San Lázaro, Entrala, San Juan y San Vicente, y San Torcuato (parroquia en la que continúa como párroco adscrito). Entre otras cosas, también fui vicario para el Clero durante siete años y capellán de las Juanas y de las Marinas.

-          ¿Cómo ha pretendido presentarse ante sus fieles, sus alumnos…Y todas esas personas con las que ha compartido su vida sacerdotal?

He sido como soy, sin más. Lo importante es darse uno mismo, sin pretender nada más. He querido ser cercano a la gente, abierto, etc. Creo que una de mis virtudes ha sido: saber escuchar. No tengo muchas virtudes, pero creo que ésa ha sido una de ellas

-          ¿Algún momento especial durante estos años?

A mí me marcó mi vida sacerdotal el paso por el Colegio de Vocaciones Tardías en Salamanca. Allí coincidí con muy buenos compañeros y vivimos el sacerdocio de una forma muy actual. Sin haber pasado el Concilio Vaticano II, nosotros en aquellos años vivimos el espíritu del Concilio. Fuimos adelantados a nuestro tiempo. Para mí aquello fue un regalo de Dios

José María Casado, bodas de oro: “Mi madre, desde el cielo, me ayudó en mi paso por el Seminario”

-          ¿Cuáles han sido los destinos o tareas pastorales que ha desempeñado a lo largo de sus 50 años como sacerdote?

Pasé 8 años en Matellanes, Ufones, Grisuela, Vivinera y Arcillera. Posteriormente, me enviaron como párroco a La Hiniesta, Andavías y Palacios. Desde el año 2007 soy capellán en el Hospital Virgen de la Concha y en ese año estuve de párroco en San José Obrero. Ya en el año 2015, el obispo me envió a San Juan y San Vicente como vicario parroquial. Actualmente, continúo como capellán en el Clínico.

-          ¿Por qué decidió ser cura?

Vengo de una familia de labradores de Fontanillas de Castro. Mi madre era profundamente religiosa y probablemente eso fue lo que me marcó para siempre. Tuve la desgracia de quedarme sin madre cuando yo tenía 19 años y nunca me vio ordenar como sacerdote, su gran ilusión. Yo estoy seguro de que ella, desde el cielo, fue quien me envió y me ayudó en los años que pasé en el Seminario.

-          ¿Qué es lo más gratificante de ser sacerdote?

Yo siempre digo que Dios nos ha dado muchos hijos a los curas. Y es que para mí es una gran satisfacción encontrame por la calle con personas a las que he casado, a niños que bauticé…Es muy reconfortante ver esas familias para mí. Tal vez la espinita que me ha quedado en mi vida como sacerdotes es que, a pesar de haber llevado a muchos jóvenes hasta el Seminario, ninguno de ellos acabó siendo cura.

-          Si tuviera que dar un consejo a los jóvenes que hoy se preparan para ser sacerdotes, ¿cuál sería?

Que profesen un gran amor a Dios y a la gente. No es necesario hacer grandes planes, sólo con querer y estar junto a la gente ya se hace una gran labor

La Jornada sacerdotal se celebrará con una eucaristía el próximo 10 de mayo a las 12.30 horas en el templo de San Andrés, en Zamora. En esta ceremonia se homenajeará a los siguientes sacerdotes.

Bodas de Diamante (60 años)

1.       Manuel Bolaños Palazuelo (14/3/1959

2.       Abdón Gutiérrez Calvo (14/3/1959)

3.       Miguel Herrero García (14/3/1959)

4.       Nemesio Lozano del Villar (14/3/1959)

5.       Juan Manuel Mateos Mateos (14/3/1959)

6.       José Antonio Prieto Rodríguez (14/3/1959)

7.       Gonzalo Gómez Rodríguez (20/9/1959)

Bodas de Oro (50 años)

  1. José María Casado Salvador (21/9/1969)
  2. Eleuterio Fernández Muñiz (21/9/1969)
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