Secretariado de Pastoral Vocacional

02/11/2021

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¿Eres monaguillo? ¡Apúntate!

El secretariado de Pastoral Vocacional convoca un Encuentro de Monaguillos diocesano el próximo sábado 6 de noviembre. Están llamados a participar aquellos chavales que desempeñen este papel fundamental en las celebraciones en cualquier parroquia de la diócesis de Zamora.

El encuentro, que se desarrollará en la Casa de la Iglesia- Seminario San Atilano, pretende dar visibilidad a la labor fundamental que desempeñan dentro de las celebraciones, incidir en la formación litúrgica, así como  generar comunión y comunidad entre estos adolescentes y jóvenes que tienen los mismos gustos e intereses.

Cualquier monaguillo interesado puede acceder a la información en su parroquia o preguntando en la portería del Seminario.

¿Cuál es su función?

Los ministrantes, más comúnmente conocidos como monaguillos, son los niños que asisten al sacerdote durante la misa. Su nombre deriva del latín “ministrare”, es decir, de servir. Su función es reconocida por la Constitución Conciliar como parte integral del ministerio litúrgico y, como tal, requiere por parte de aquellos que la conducen, una conducta y un comportamiento apropiado para ella.

El papel de los monaguillos es particularmente delicado si pensamos que representan una especie de punto de unión entre quienes administran el culto y los fieles reunidos para asistirlo. De hecho, además de tener que coadyuvar al ministro divino ayudándolo a organizar lo que necesaria para la Eucaristía, colocando los objetos litúrgicos sobre el altar, trayendo el Misal, los ministrantes también deben rezar con los fieles, acompañarlos en los cantos, y en general, deben actuar como servidores del sacerdote y guías para la congregación. Todo manteniendo una actitud adecuada, realizando tareas y repitiendo gestos codificados por siglos de tradición.

Los monaguillos no son los únicos ayudantes del celebrante durante la Misa: generalmente lectores, cantantes, acólitos se mueven junto a ellos. En algunos casos, los roles son intercambiables, pero, como regla general, cada uno de los participantes apoya su rol, lleva a cabo sus deberes y participa activamente en la celebración. Las ceremonias particularmente solemnes, como con motivo de fiestas religiosas importantes, requerirán un mayor número de monaguillos.

Por lo tanto, los monaguillos realizan varias tareas en el contexto de la Misa, y toman sus nombres de ellos, distinguiéndose el uno del otro.

El Turiferario es, por ejemplo, el monaguillo que lleva el turíbolo para las incensaciones. El incienso siempre se ha utilizado dentro de las ceremonias religiosas, para conferirles solemnidad y sacralidad. Su uso es, sin embargo, opcional, y ocurre en diferentes momentos de la Misa, generalmente al principio, a la entrada del sacerdote y sus asistentes, durante la proclamación del Evangelio o antes de la consagración. También otras ocasiones, como procesiones, entierros, bendiciones, prevén el uso de incienso. En estas ocasiones, en particular, adquiere una importancia decisiva el papel de los monaguillos turiferarios.

A menudo el Turiferario está acompañado por un Navetero, un monaguillo asignado a la naveta con el incienso adentro. Durante las procesiones, el Navetero procede junto al Turiferario, tanto que a veces las dos figuras se fusionan en un solo monaguillo. La tarea del Navetero es pasar la naveta al sacerdote, para que pueda extraer los granos de incienso, verterlos en el turíbolo y bendecirlos.

Otro monaguillo que no puede faltar, especialmente durante las procesiones y celebraciones más importantes, es el Ceroferario, de hecho, los Ceroferarios, porque generalmente siempre se mueven en parejas. Estos son los encargados de los candeleros que sostienen los cirios. Su posición durante la procesión está detrás del Turiferario y en los lados del Crucífero, el monaguillo encargado de llevar la cruz. Ellos llevan en sus manos los candelabros con los cirios y, al llegar al final de la procesión, los colocan a los lados del altar.

Posteriormente, los Ceroferarios deben acompañar al sacerdote durante la proclamación del Evangelio, siempre colocándose en dos lados.

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