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El agradecimiento de la diócesis a las personas que hacen de lo "ordinario", algo "extraordinario"
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08/10/2022

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El agradecimiento de la diócesis a las personas que hacen de lo "ordinario", algo "extraordinario"

La diócesis de Zamora entregó el sábado, 8 de octubre, los premios San Atilano a Herminio Ramos y a Mari Miranda. El obispo de Zamora, Fernando Valera, fue el encargado de entregar las estatuillas a los premiados, que tal y como explicó el prelado son reconocimientos a dos personas que hacen "de lo ordinario, algo extraordinario". Eso es lo que desea premiar la iglesia diocesana, a personas sencillas que en su día a día hacen la vida mejor allí donde se encuentren.

La ceremonia de entrega fue conducida por el periodista de Cope Zamora, Ángel García, en el patio del Seminario San Atilano ante la presencia de numerosas autoridades eclesiásticas, políticas, civiles, militares; así como miembros de diferentes cofradías de Zamora.

Por cierto, las estatuillas han sido esculpidas, como en la primera edición, por el artista zamorano, Ricardo Flecha.

Premiados

Don Herminio -como así le llaman los zamoranos- es profesor, escritor y cronista oficial de la ciudad. Un hombre respetado y admirado por todos, de gran generosidad y con una profunda espiritualidad. Todo ello "justifica" la reciente donación de más de 300 volúmenes de los siglos XIX y XX, procedentes de su biblioteca particular, al Archivo Diocesano. Así lo explicó una de sus hijas, Carmen Ramos, quien recogió -muy emocionada- la estatuilla.

Mari Miranda es una mujer que vive en Cañizo y es precisamente allí donde vive de manera muy activa y comprometida su fe. El reconocimiento a esta mujer sencilla viene dado por su servicio y entrega en el día a día para "todo aquello que la Iglesia necesita". Mari es catequista en su parroquia, voluntaria de Manos Unidas desde hace décadas y en los últimos años se ha convertido en un puntal fundamental en la iglesia de su pueblo a raíz de la enfermedad del párroco. Mari recogió el premio "muy abrumada y emocionada" y reconociendo que: "sólo hago lo que tengo que hacer". Durante la ceremonia de entrega estuvo arropada por numerosos familiares y también un nutrido grupo de compañeras de Manos Unidas.

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