
















31/07/2022
Concluye el Verano Misionero de Silos
A lo largo de los últimos 50 años, muchos han sido los jóvenes que han vivido la experiencia que Cristianos Sin Fronteras promueve en cualquiera de sus facetas evangelizadoras y, particularmente, muchos zamoranos ya que es una asociación que nació en esta tierra, aunque su vocación sea universal y Santo Domingo de Silos su epicentro.
En la edición de 2022 son cinco las familias zamoranas que, del 22 al 31 de julio, junto a algunos jóvenes y un sacerdote, han acudido a esta nueva edición del Verano Misionero. La riqueza de estas actividades es la pluralidad y el encuentro con gentes de otras diócesis con las que se comparte la vida de manera muy estrecha durante estos días. En palabras de su presidente, Irene Martín Ureste, lo que se procura es “generar una vivencia atractiva de Iglesia en la que se pueda hablar, compartir, aprender, disfrutar y rezar”. Todos juntos, pequeños y grandes, viven la fe desde la diversidad de sus lugares de procedencia, desde la su propia especificidad, “concienciándose de que por estar bautizados, están llamados a formar parte de una Iglesia activa y participativa en comunión”, apuntó Irene Martín.
Junto a las actividades propias que se realizan en el campamento de Silos, tan variadas como talleres sobre redes sociales, conciertos y multitud de dinámicas, en esta edición 70 jóvenes de Operación Futuro se incorporarán a la Peregrinación Europea de Jóvenes, no sin antes haber realizado un tramo del Camino de Santiago que, en este caso, se iniciará en Roncesvalles y concluirá en Burgos, para desde allí acudir a Santiago en autobús.
Ya es tradición que el grupo de acampados mantenga una cuidada relación con los monjes de la abadía benedictina de Silos. En estos días algunos rezan con ellos la liturgia de las horas, incluso los monjes colaboran en la formación saliendo del monasterio y el abad es el encargado de despedir siempre el encuentro.
Con este tipo de actividades en Cristianos Sin Fronteras se expresa de la mejor manera posible la complementariedad en la vida de la Iglesia y cómo los diferentes carismas enriquecen a todos. Sin duda, esta asociación representa una buena manera de ser Iglesia y responder a la misión a la que todos estamos llamados desde el bautismo.