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Secretariado de Pastoral Vocacional
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Inicio y Equipo
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Secretariado de Pastoral Vocacional

El Secretariado de Pastoral Vocacional es el órgano diocesano para la promoción de las vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada.

Está presidido por el Director e integrado por formadores de ambos seminarios, sacerdotes y religiosos. Al menos, habrá un representante de los Secretariados para la Adolescencia y Juventud y de Pastoral Universitaria, del Seminario Diocesano y de la Confer diocesana.

Sus tareas principales son:

  1. Sensibilizar a la comunidad cristiana sobre el sentido y el valor de la vocación al ministerio ordenado y a la vida consagrada (información, oración, ...).
  2. Promover las vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada en las parroquias y colegios, ofreciendo presencia, medios y materiales.
  3. Acompañar a niños, adolescentes y jóvenes, individualmente o en grupos, con inquietud vocacional.
  4. Organizar acciones y las Jornadas diocesanas vocacionales en coordinación con el Seminario diocesano y la Confer diocesana.
  5. Participar en los organismos eclesiales, regionales y nacionales, de pastoral vocacional.

Nuestro Equipo

Director: D. Millán Núñez Ossorio

Colaborador: D. Javier Prieto Prieto

Plaza del Seminario, 2. 49003 Zamora
980 514 998
vocaciones@diocesisdezamora.es

Noticias Destacadas

Peregrinación Javierada 2023
Peregrinación Javierada 2023
Zamora, 09/03/2023. Un año más, un grupo de veinte jóvenes zamoranos de entre 16 y 30 años nos hemos puesto en marcha rumbo al Castillo de Javier (Navarra) con un objetivo claro: el encuentro con Dios a través del ejemplo de vida de San Francisco Javier. El grupo, acompañado por el sacerdote Millán Núñez, inició la peregrinación la tarde del viernes 3 de marzo en Pamplona donde se encontraron con jóvenes de la diócesis de San Sebastián y con los hermanos de Verbum Spei, con quienes compartieron camino durante todo el fin de semana. Tras la cena y una ronda de presentación a través de diferentes juegos culminaron el día rezando juntos. El sábado iniciaron el día poniéndolo en manos del Señor y emprendiendo el camino hacia Javier. Inmersos entre valles y montañas verdes se encontraron con la grandeza de Dios en la naturaleza, y así, entre intercambios de sensaciones y conversaciones, cantos y oraciones llegaron a un pequeño pueblo donde hicieron un alto en el camino para compartir la comida y escuchar una breve catequesis sobre la vida de San Francisco Javier, un santo que teniéndolo todo, decidió entregar su vida al Señor. De él se destacó la importancia de la amistad y la cercanía con Dios manifestada a través de las personas, y como ejemplo su amistad con San Ignacio de Loyola. De fondo entre los participantes resonó una pregunta que ha vertebrado la peregrinación: ¿De que te sirve ganar el mundo entero, si pierdes tu alma? Por la tarde continuaron el camino, mientras en pequeños grupos se ponían en manos de la Virgen rezando el rosario hasta llegar a Sada, donde fueron recibidos por el Padre Iñigo, párroco del pueblo, que les acoge y mostró la preciosa iglesia de San Vicente, donde celebraron la Eucaristía. Cansados pero felices terminaron el día dando gracias por todo lo vivido a lo largo del día delante del Santísimo en una Hora Santa. El domingo el despertador sonó muy temprano, y tras ofrecer el día rezando juntos iniciaron la segunda etapa del camino en la oscura noche entre cantos, conversaciones y silencios. La meta era el Castillo de Javier y el Cristo sonriente estaba cada vez más cerca. Y por fin, llegaron a su destino. Tras celebrar la Eucaristía rodeados de cientos de peregrinos llegados de toda España terminaron orando en la capilla en la que el mismo San Francisco Javier aprendió a rezar, una capilla pequeña y humilde en la que se encuentra un crucificado diferente al que estamos acostumbrados a contemplar. Es un Cristo de mirada suave y sonriente que anuncia que el dolor, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra. Esta experiencia ha supuesto para estos jóvenes un punto de inflexión en sus vidas, agrandando su corazón para darse a los demás y así poder acercarse más a Dios. La peregrinación no ha concluido, es más comienza ahora, en sus lugares de origen donde tendrán que ser capaces de llevar y expresar todo lo vivido estos días.   Testimonio de Sofía Lo primero de todo es agradecer a Dios la oportunidad de poder participar en las Javieradas. Nunca había participado en una peregrinación y ha sido una experiencia increíble. He tenido la oportunidad de conocer a un montón de gente nueva que piensa y vive la fe como yo. Me emocionaba pensar, que nosotros estábamos peregrinando para poder encontrarnos con el Señor en Javier y para poder recibirle en el sacramento de la Eucaristía. En el camino, cuando yo no podía más por el cansancio de llevar caminando varios kilómetros, pensaba en que Jesús tuvo que cargar la cruz hasta un monte y yo solo me estaba quejando por ir con una mochila que no pesaba nada, así que pude sacar todas mis fuerzas. La parte que más me ha gustado es la Hora Santa, porque sentía a Dios a mi lado en todo momento. No me lo podía creer y tampoco sabía como reaccionar, por lo que estuve dándole las gracias por todo. Esta experiencia me ha ayudado a crecer en mi fe.
09/03/2023más info
Día del monaguillo
Día del monaguillo
Los monaguillos de la diócesis de Zamora disfrutaron de un encuentro en la mañana del sábado 7 de mayo. Tuvo lugar en el Seminario San Atilano y participaron monaguillos de toda la diócesis. La jornada comenzó con una oración y a continuación los monaguillos participaron en un taller dirigido por la Asociación de campaneros de Zamora que mostró su largo repertorio de repiques. Antes de celebrar la eucaristía hubo también tiempo para realizar una gimkana con pruebas sobre la fe y el servicio que realizan los monaguillos en sus parroquias.  Para despedirse, todos los monaguillos recibieron un recuerdo y un diploma por la participación en esta jornada que tiene ya una larga historia y reúne a chicos y chicas que ayudan en sus parroquias con las tareas litúrgicas.
09/05/2022más info
Encuentro diocesano de monaguillos
Encuentro diocesano de monaguillos
El Seminario San Atilano acogió el pasado sábado el Encuentro Diocesano de Monaguillos en el que participaron un total de 17 chavales procedentes de varias parroquias del arciprestazgo de Zamora-ciudad y también de algunas parroquias rurales. El encuentro, organizado por Pastoral Vocacional y que contó con la colaboración de la delegación diocesana de Liturgia, se dividió en tres momentos: oracional, lúdico y formativo. De esta forma, los monaguillos comenzaron la jornada con la oración en la iglesia de San Andrés y a continuación hubo un espacio lúdico donde participaron en algunos juegos que habían preparado los propios seminaristas para este día.  Posteriormente, los monaguillos asistieron a unas charlas- catequesis en las que se les habló sobre su vocación de monaguillos, puesto que esta labor en la Iglesia es también un servicio al que Dios llama. Tras el almuerzo compartido, siguió la mañana del sábado con unos talleres formativos y se finalizó con la eucaristía para dar gracias a Dios por el encuentro. Pastoral Vocacional celebrará otro encuentro diocesano de monaguillos el 12 de marzo.
09/11/2021más info
¿Eres monaguillo? ¡Apúntate!
¿Eres monaguillo? ¡Apúntate!
El secretariado de Pastoral Vocacional convoca un Encuentro de Monaguillos diocesano el próximo sábado 6 de noviembre. Están llamados a participar aquellos chavales que desempeñen este papel fundamental en las celebraciones en cualquier parroquia de la diócesis de Zamora. El encuentro, que se desarrollará en la Casa de la Iglesia- Seminario San Atilano, pretende dar visibilidad a la labor fundamental que desempeñan dentro de las celebraciones, incidir en la formación litúrgica, así como  generar comunión y comunidad entre estos adolescentes y jóvenes que tienen los mismos gustos e intereses. Cualquier monaguillo interesado puede acceder a la información en su parroquia o preguntando en la portería del Seminario. ¿Cuál es su función? Los ministrantes, más comúnmente conocidos como monaguillos, son los niños que asisten al sacerdote durante la misa. Su nombre deriva del latín “ministrare”, es decir, de servir. Su función es reconocida por la Constitución Conciliar como parte integral del ministerio litúrgico y, como tal, requiere por parte de aquellos que la conducen, una conducta y un comportamiento apropiado para ella. El papel de los monaguillos es particularmente delicado si pensamos que representan una especie de punto de unión entre quienes administran el culto y los fieles reunidos para asistirlo. De hecho, además de tener que coadyuvar al ministro divino ayudándolo a organizar lo que necesaria para la Eucaristía, colocando los objetos litúrgicos sobre el altar, trayendo el Misal, los ministrantes también deben rezar con los fieles, acompañarlos en los cantos, y en general, deben actuar como servidores del sacerdote y guías para la congregación. Todo manteniendo una actitud adecuada, realizando tareas y repitiendo gestos codificados por siglos de tradición. Los monaguillos no son los únicos ayudantes del celebrante durante la Misa: generalmente lectores, cantantes, acólitos se mueven junto a ellos. En algunos casos, los roles son intercambiables, pero, como regla general, cada uno de los participantes apoya su rol, lleva a cabo sus deberes y participa activamente en la celebración. Las ceremonias particularmente solemnes, como con motivo de fiestas religiosas importantes, requerirán un mayor número de monaguillos. Por lo tanto, los monaguillos realizan varias tareas en el contexto de la Misa, y toman sus nombres de ellos, distinguiéndose el uno del otro. El Turiferario es, por ejemplo, el monaguillo que lleva el turíbolo para las incensaciones. El incienso siempre se ha utilizado dentro de las ceremonias religiosas, para conferirles solemnidad y sacralidad. Su uso es, sin embargo, opcional, y ocurre en diferentes momentos de la Misa, generalmente al principio, a la entrada del sacerdote y sus asistentes, durante la proclamación del Evangelio o antes de la consagración. También otras ocasiones, como procesiones, entierros, bendiciones, prevén el uso de incienso. En estas ocasiones, en particular, adquiere una importancia decisiva el papel de los monaguillos turiferarios. A menudo el Turiferario está acompañado por un Navetero, un monaguillo asignado a la naveta con el incienso adentro. Durante las procesiones, el Navetero procede junto al Turiferario, tanto que a veces las dos figuras se fusionan en un solo monaguillo. La tarea del Navetero es pasar la naveta al sacerdote, para que pueda extraer los granos de incienso, verterlos en el turíbolo y bendecirlos. Otro monaguillo que no puede faltar, especialmente durante las procesiones y celebraciones más importantes, es el Ceroferario, de hecho, los Ceroferarios, porque generalmente siempre se mueven en parejas. Estos son los encargados de los candeleros que sostienen los cirios. Su posición durante la procesión está detrás del Turiferario y en los lados del Crucífero, el monaguillo encargado de llevar la cruz. Ellos llevan en sus manos los candelabros con los cirios y, al llegar al final de la procesión, los colocan a los lados del altar. Posteriormente, los Ceroferarios deben acompañar al sacerdote durante la proclamación del Evangelio, siempre colocándose en dos lados.
02/11/2021más info
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