El Jubileo extraordinario de Zamora
¿Qué es un jubileo?
En la tradición católica el Jubileo es un gran acontecimiento religioso. Ante todo, es el Año de Cristo, portador de la vida y de la gracia a la humanidad. Es también el año de la remisión de los pecados y de sus penas. Es el año de la reconciliación, de la conversión y de la penitencia sacramental. En consecuencia, es el año de la solidaridad, de la esperanza, de la justicia, del empeño por servir a Dios en el gozo y la paz con los hermanos. Todo ello en un momento en el que la humanidad entera afronta uno de los momentos más dramáticos de la historia, con la pandemia del coronavirus.
¿Cuál es el origen de los jubileos en la Iglesia Católica?
Sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento. La ley de Moisés había determinado para el pueblo hebreo un año particular:
“Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia. Este año cincuenta será para vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis la viña que ha quedado sin podar, porque es el jubileo que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí. En este Año Jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad” (Lev 25, 10-13).
La trompeta con que se anunciaba este año particular era un cuerno de carnero, que se llama “yobel” en hebreo, de ahí la palabra “Jubileo”. La celebración de este año llevaba consigo, entre otras cosas, la restitución de las tierras a sus antiguos propietarios, la remisión de las deudas, la liberación de los esclavos, y el reposo de la tierra. En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como Aquel que lleva a su cumplimiento el Jubileo antiguo, ya que Él ha venido a “predicar el año de gracia del Señor” (cfr. Is 61, 1-2).
¿Cuál es el objetivo de un jubileo?
El Jubileo, por tanto, es un tiempo de gracia destinado a promover la santidad de vida. Ha sido instituido para consolidar la fe, favorecer las obras de solidaridad y la comunión fraterna en el seno de la Iglesia y en la sociedad; en definitiva, para recordar y remover a los creyentes a una profesión de fe más sincera y más coherente en Cristo Salvador. Y mucho más en este tiempo de pandemia, en el que nuestra vida cristiana se ha visto bastante limitada en algunos de sus aspectos.
¿Por qué un jubileo en Zamora?
El Jubileo católico extraordinario se realiza para conmemorar circunstancias especiales. En este caso se conmemora el 900˚ aniversario de la restauración de la diócesis de Zamora, que se celebrará desde el 19 de marzo de 2021 hasta el 19 de marzo de 2022. Durante este tiempo, a través de diferentes actos conmemorativos, la Iglesia en Zamora quiere recordar sus raíces, que se remontan al año 1121, en el que Bernardo de Perigord es elegido primer obispo de Zamora, después de que la diócesis fuera erigida en el año 900 con el obispo San Atilano y quedara interrumpida a finales del s. XI tras ser Zamora arrasada por Almanzor. Mediante este Jubileo extraordinario la diócesis de Zamora quiere mirar agradecida a su pasado, para que, abriéndose a la gracia de Dios en el presente, podamos afrontar el futuro con esperanza.
Un jubileo extraordinario en Zamora
Esta celebración diocesana de Zamora coincide con otros acontecimientos de la Iglesia universal, que también se quieren tener en cuenta. En primer lugar, la declaración del Año de San José que hizo el Papa Francisco el 8 de diciembre de 2020, para conmemorar los 150 años de un documento del Papa Beato Pío IX titulado Quemadmodum Deus, en el que declaraba a San José patrono de la Iglesia universal. El Papa Francisco indicó que este año se establece para “que todos los fieles siguiendo el ejemplo de San José, puedan fortalecer cotidianamente su vida de fe en cumplimiento pleno de la voluntad de Dios”, especialmente en este tiempo de la crisis provocada por el coronavirus, en el que muchas personas han realizado esfuerzos ocultos para proteger a otros, al igual que San José protegió y cuidó en silencio a María y a Jesús. “Todos pueden encontrar en San José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad”, escribe el Papa Francisco en su carta apostólica Patris Corde.
Y precisamente el día de San José, el 19 de marzo de 2021, también comenzará lo que el Papa Francisco ha denominado “el año de la familia”, en el quinto aniversario de la Exhortación apostólica post sinodal sobre la familia, Amoris Laetitia, con el que se pretende profundizar en las claves que ofrece este documento sobre la familia cristiana en el mundo de hoy.
Finalmente, a todo lo anterior hay que añadir otro acontecimiento importante para la Iglesia española: el Año Santo Compostelano, que se celebra cuando el 25 de julio -que es cuando se conmemora el martirio de Santiago Apóstol- cae en domingo. El Apóstol Santiago es el patrono de España.
Un Jubileo extraordinario con tres referentes: San José, Santiago Apóstol y San Atilano
Todos estos acontecimientos nos dejan tres referentes para nuestra vida cristiana en este año especial: San José, patrono de la Iglesia universal; Santiago Apóstol, patrono de la Iglesia española; y San Atilano, patrono de la Iglesia en Zamora. Tres personas que nos hablan de la santidad que Dios nos propone como forma de vida en nuestro mundo actual y como respuesta a los retos que hoy se le plantean a la Iglesia. Por otra parte, estos acontecimientos eclesiales suponen una invitación abierta a todos los cristianos y también a los que se encuentran distantes en la fe y desean volver de nuevo a la vida cristiana. Durante el Año Jubilar la Iglesia concede la indulgencia plenaria, que es una gracia que ayuda al cristiano a hacer camino con la voluntad de convertirnos y reconciliarnos con Dios. Esta gracia también puede ser aplicada a los difuntos como signo de amor hacia ellos. El Jubileo o Año Jubilar es siempre convocado o concedido por la Santa Sede.
¿Qué es una indulgencia plenaria?
Según los números 1471 y 1478 del Catecismo de la Iglesia Católica, la indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos.
Es decir, que cuando cometemos un pecado, tenemos una culpa y una pena ante Dios. Con el sacramento de la confesión se nos perdona la culpa, pero queda en el alma una señal que debe ser reparada: es lo que se llama la pena temporal. Esta pena ha de purificarse con penitencias y obras buenas en esta vida, así como con las indulgencias, o bien con las penas del purgatorio después de la muerte. Si la remisión de la pena temporal de una indulgencia es total, se llama indulgencia plenaria; si solo se purifica en parte la pena temporal, se llama indulgencia parcial.
Podemos poner una comparación: imagina que clavas un gran clavo en una imagen preciosa de madera, dañándola gravemente. La confesión, que perdona la culpa, sería como sacar el clavo de la talla, pero queda el agujero, que habría que reparar. Esto es la pena temporal, consecuencia del pecado, que hay que purificar en esta vida o en la otra. Y para eso sirven las indulgencias, son favores que concede la Iglesia, por los méritos de Cristo, para ayudarnos a purificarnos de esas penas que tenemos que reparar por nuestros pecados.
Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos.
¿Cuáles son las condiciones para obtener la indulgencia plenaria?
El creyente se dispone para recibir la indulgencia plenaria cumpliendo estos signos externos e internos de participación:
- Comprometerse a desarrollar en sí mismo una actitud interior de desapego afectivo y efectivo de todo tipo de pecado.
- Celebrar dignamente el Sacramento de la Penitencia para abrir el corazón a la misericordia, incluso en los días precedentes o siguientes.
- Participar con devoción en la Santa Eucaristía incluso en los días precedentes o siguientes.
- Visitar la Catedral de Zamora o la iglesia de Santiago del Burgo en Zamora, donde se debe recitar el Credo como profesión de fe y una oración por las intenciones del Santo Padre.
La app del jubileo
En este enlace te podrás descargar la aplicación del Año Jubilar. En esta App podrás encontrar todos los materiales necesarios para vivir el Jubileo extraordinario de Zamora, concedido por el Papa Francisco para celebrar el IX centenario de la restauración de la diócesis. Aquí también podrás encontrar toda la información sobre los diferentes eventos que se llevarán a cabo a lo largo del Año Santo zamorano.
Descarga el logo oficial del Jubileo
Pincha aquí y elige el que quieras.